viernes, 10 de septiembre de 2010

en un sueño


Le hablaba a las paredes, a las ventanas y a los carros, pero no a él. Fascinada con el gorgoteo de los cables y el susurro de la ciudad no escuché el silencio que nos fue arropando. Me sentía inmersa en un mundo de sueños.. Y un día al despertar no estaba y lo comprendo. Pero no puedo ir a buscarlo. No, porque el sonido del mundo sigue fascinándome. Tengo algo que nadie tiene: la voz de cada cosa, es mía, y esa posesión es solitaria. No tengo más amigo que mi colchón con quien lloro en silencio cada noche.

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